Leyenda cachanilla: El diablo en Mexicali

Con mis alumnos de segundo B del ciclo escolar 2006-2007, trabajamos el tema de la literatura oral local produciendo un video. Mis temores iniciales (nunca había hecho tal cosa en mis clases) al final se convirtieron en satisfacción, al ver el entusiasmo del grupo en la actividad.

Mónica Muñoz López, una de nuestras escritoras, escribió este texto, a través del cual puede conocerse más ampliamente lo que estos inquietos y creativos estudiantes pueden hacer si se les da libertad y confianza.

Agradezco a mi alumna Andrea Gaspar las fotos que me facilitó para ilustrar esta página.

Lee el guión del video aquí.

Lee los créditos de la producción del video aquí.

Somos estudiantes de segundo año de secundaria del Instituto Félix de Jesús Rougier, y Español es una de las materias que se llevan en este curso. Uno de los temas que estábamos revisando en el segundo bimestre fue el de mitos y leyendas.

Por este motivo, nuestro maestro Carlos Alberto Gutiérrez, nos pidió que hiciéramos una revisión de algunas de las leyendas que se cuentan en nuestra ciudad, y que eligiéramos la que más nos gustara. Cada uno de nosotros llevó algunas sugerencias y las leímos durante la clase.

Después de comentarlas y hacer un análisis de cada una de ellas, el grupo eligió la que más le gustó, considerando que reflejaba más nuestra cultura regional. Aprovechando que se aproximaba la Semana Cultural de nuestro colegio, se decidió hacer un guión para poder representarla a través de un video.

Una vez que elaboramos el guión, seleccionamos los personajes entre nuestros compañeros de grupo. Así Héctor representó al joven que se transformó en diablo; Melissa, a la muchacha que bailó con él; Daniela hizo el papel de la hermana y de esta chica, y Eduardo representó a Luis. El resto del grupo representó a los asistentes del centro de baile de donde se cuenta la leyenda.

Este trabajo requirió de varios días de dedicación, ya que en una ocasión tuvimos que quedarnos todo el grupo junto con el maestro, en el colegio, hasta muy tarde, para poder filmar las escenas en nuestra escuela.

La escenografía consistió en ambientar con mesas, sillas, luces, bebidas y música de la época de los sesenta. El vestuario estaba encaminado a simular la ropa que se usaba en la época del rock n roll.

Fue un ambiente de convivencia y amistad entre los compañeros del grupo, ya que nos divertimos sin importarnos el cansancio o repetir las escenas una y otra vez.

Finalmente, se hizo un video corto y entretenido, donde se representó a un grupo de jóvenes mexicalenses que se divertían en una discoteca sin saber que el diablo estaba entre ellos para darles una sorpresa escalofriante.